La semana pasada en mis grupos regulares de Biodanza, danzamos una clase especial dedicada al Día internacional de los derechos de la Mujer trabajadora.
Como reflexión a este día, quise celebrarlo con una sesión de integración de las energías yin y yang, pues el echo de que las mujeres lucharán y luchen por equilibrar sus derechos sociales, nos ha llevado a la necesidad de reconstruirnos tanto a mujeres como a hombres, encontrando esa misma equidad e integración de los valores "supuestamente" masculinos y femeninos, tanto en el exterior como en nuestro interior.
Danzamos una clase como ya he dicho, donde integramos las energías yin (femenina) y yang (masculina), las cuales habitan en cada ser humano y las cuales se están equilibrando en la actualidad social en la que vivimos, activándose la energía más yin-femenina que durante años estuvo más relegada a las mujeres en los hombres y resurgiendo en las propias mujeres, que para sacar y revalorizar su energía más yang-masculina, que las concedían derechos sociales, descuidaron y en ocasiones desvalorizaron la energía más yin-femenina.
Esto nos coloca en un momento, donde socialmente los valores masculinos-yang son más valorados que los yin-femeninos, por lo que es necesaria la integración de ambas energías, que es lo que nos convierte realmente en mujeres y hombres plenos, que saben en que momento deben utilizar cada una de estas energías, ambas imprescindibles para la vida, y así vivir de una manera más auténtica y armónica, pues la energía yang de la acción, la determinación, la concreción, la potencia, la decisión..., no se puede dar si no se asienta y fortalece en la energía yin, del reposo, la receptividad, la introspección..., el movimiento centrípeto (hacia dentro), que nos regenera y nos reconecta profundamente con la vida, abriéndonos de nuevo a la energía yang de la expresión de nuestros valores internos hacia el mundo exterior, con un movimiento centrífugo (hacia afuera), que nos invita a crear nuestra propia existencia y la de aquello que nos rodea.
Si observamos el dibujo clásico del yin y el yang, estas dos energías se complementan y no pueden existir la una sin la otra, en la parte negra que representa el yin siempre existe el punto blanco y en la parte blanca el punto negro, esto lo podemos vivenciar en el último movimiento de una de las serie de fluidez que realizamos en Biodanza, donde la energía yin (receptiva) se convierte en energía yang (penetrante) y la energía yang en energía yin, en una danza fluida, de movimientos lentos y continuos.
Esta sesión de Biodanza estuvo enfocada a sentir en nuestro interior la capacidad que tenemos como seres humanos de usar estas dos energías en el momento oportuno y de integrarlas a nuestra vida como una danza continua donde pasamos de una a otra de manera sana e integrada.
Aunque en cada sesión de Biodanza, danzamos esta integración, pues la curva metodológica que utilizamos en Biodanza pulsa entre estas dos energías con una primera parte más adrenérgica, con danzas más activas, donde nuestro cuerpo se libera y una segunda parte más colinérgica, de danzas más lentas y sensibles, donde nuestro cuerpo se regenera.
De igual manera estas dos energías también están directamente relacionadas con la línea de vivencia que estamos danzando actualmente en los grupos regulares que es la Vitalidad, y lo hace desde una palabra clave de esta línea de vivencia que es la autorregulación y que tiene que ver con la importancia de momentos de acción y reposo para tener una vitalidad saludable y por lo tanto un buen estado de salud.
Os adjunto esta bella canción de Jaqueline Fuentes en honor a las mujeres y hombres que integran estas dos energías en sus vidas para vivir una Vida Total.
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